20 abril, 2022
Uno de los grandes retos del sector minero es mantener actividades sostenibles a lo largo de su cadena de producción, expresa este artículo.
Última actualización abril 20, 2022 a las 07:06 am
El sector minero se constituye en uno de los principales motores que impulsan el crecimiento de las economías de muchos de los países en vía de desarrollo, como lo es el caso de Colombia, en el que, junto con la agricultura, tuvieron durante el segundo semestre de 2021 un incremento porcentual de 7,1% y 3,8% respectivamente, en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos oficiales del DANE.
La minería en el Cesar es de gran relevancia para la dinamización de su economía, convirtiéndose en parte fundamental del diario vivir de muchas familias que dependen del sustento de esta actividad económica; a su vez, a través de su aporte en recursos de regalías se han gestado importantes proyectos sociales en la región.
De acuerdo conLuis Carlos Araújo, docente del programa de Ingeniería de Minas de Areandina sede Valledupar, “la actividad minera en el municipio de Valledupar, se caracteriza principalmente por enmarcarse dentro de las categorías de pequeña y mediana minería, y gran parte de los títulos mineros del territorio no cuentan con estándares adecuados ni recursos suficientes para el desarrollo y ejecución de sus actividades de una manera técnica y racional, además de no cumplir a cabalidad con lo dispuesto en sus respectivos planes de manejo ambiental, lo que implica un alto grado de incumplimiento de las diferentes normativas, decretos y leyes que rigen al sector, y al mismo tiempo implica la afectación misma de las operaciones mineras y del medio ambiente en general en el área de influencia directa de las operaciones”.
Es importante destacar que uno de los grandes retos de este sector es mantener actividades sostenibles a lo largo de su cadena de producción, un desafío que gran parte de las grandes empresas mineras ya han ajustado en sus acciones, pero que aún requiere de que la totalidad del sector se adapte a una minería con estándares que aporten al crecimiento sostenible y sustentable de las mismas.
“A nivel local, considerando las operaciones realizadas, se puede inferir de manera preliminar que los componentes ambientales principalmente afectados son en su orden: Suelo, principalmente por degradación del mismo; vegetación, dada remoción de cobertura vegetal y tala de árboles que se realiza al inicio y durante de las operaciones mineras; fauna, con la afectación que se da por la destrucción de los hábitats naturales y por atropellamiento de algunas especies; agua, en la que se puede evidenciar una disminución de la calidad del recurso y alteración de sus parámetros físico- químicos y microbiológicos; y por último, el componente aire, que a pesar de ser el componente menos impactado en el municipio, se evidencia la presencia de algún grado de emisiones de gases y material particulado a la atmósfera, principalmente en los frentes de explotación y en las plantas de beneficio”, explica el ingeniero Araújo.
El docente Araújo destaca además la importancia de impregnar el concepto de desarrollo sostenible en cada una de las etapas de la actividad minera para hacer frente a los diversos desafíos de sostenibilidad que enfrenta el sector, y para ello “es necesario que los titulares mineros además de tratar de cumplir con todos los requisitos legales, implementen dentro de sus políticas empresariales y principios corporativos estándares e incluso sistemas de indicadores de gestión ambiental que les permitan medir el progreso hacia una minería responsable y sostenible”, explica el académico.
Y agrega: “se debe fomentar en el sector minero la cultura de la implementación, uso y aplicación de Indicadores de Gestión Ambiental como el que se propone en las guías minero ambientales formuladas por los ministerios de Minas y Energía y el del Ambiente y Desarrollo Sostenible por mandato de la ley 685 de 2001, las cuales tienen como finalidad orientar a los titulares mineros para realizar buenas prácticas mineras y ambientales que permitan el desarrollo de una actividad más técnica, rentable, segura, sostenible y sustentable”.
Tal como lo señala la guía, este indicador de Gestión Ambiental es una expresión que permite integrar el nivel de desempeño de las empresas mineras en relación con tres aspectos determinantes como el grado de ejecución y cumplimiento del plan de manejo ambiental que hace parte del proyecto minero de explotación, el estado de legalidad ambiental de las actividades de la empresa en cuanto a la obtención de permisos y autorizaciones requeridas para el desarrollo de los proyectos y por último, el nivel de control de los impactos ambientales derivables de sus actividades.
