14 febrero, 2019
Desde el tipo de vista emocional la risa y las sonrisas son la mejor medicina para el alma, y ahora la ciencia confirma que también sirven para tratar y curar la depresión, la ansiedad y los dolores crónicos
Última actualización febrero 24, 2019 a las 12:37 pm
Un equipo financiado por National Institutes of Health (NIH) descubrió que el estímulo de un tracto específico de fibras neuronales en el cerebro, llamado paquete de cíngulo, provocó risas, sonrisas y una sensación de calma en los sujetos.
El descubrimiento es consecuencia de un estudio hecho en tres pacientes a través de un mapeo cerebral por estimulación eléctrica para un tratamiento de la epilepsia.
Los hallazgos no solo arrojan nueva luz sobre la biología de la risa, los investigadores también esperan desarrollar nuevas estrategias para tratar una gama de afecciones, como la ansiedad, la depresión y el dolor crónico.
Los investigadores colocaron de forma temporal entre 10 y 20 pequeños electrodos en el cerebro de una joven de 23 años durante varias semanas.
El objetivo era identificar la fuente de las convulsiones y poder realizar una cirugía para extirpar el tejido cerebral responsable de generar la epilepsia.
Con este procedimiento, llamado electroencefalografía intracraneal (iEEG), los investigadores estimularon varias regiones del cerebro del paciente para mapear sus funciones sin saber que harían descubrimientos potencialmente nuevos e inesperados.
Casi por accidente, los científicos descubrieron como uno de los electrodos implantados en el haz del cíngulo del cerebro le provocaba risas y sonrisas a la joven cada vez que era estimulado.
Los científicos comprobaron con otras pruebas que era posible provocar ‘risitas’ y sonrisas cuando se estimulaba el haz del cíngulo, provocando además una sensación de relajación y tranquilidad en el paciente.
El estudio completo fue publicado por Jon T. Willie, Kelly Bijanki y otros colegas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory en la revista
The Journal of Clinical Investigation
Los investigadores también descubrieron que mientras se estimulaba esa parte del cerebro, la persona era capaz de ver su entorno con una actitud más positiva. Esto abre campo a una técnica que sea utilizada para tratar la depresión y la ansiedad de una forma más efectiva y sin medicamentos.
Para confirmar los hallazgos, los investigadores buscaron a otros dos pacientes, un hombre de 40 años y una mujer de 28 años, ambos sometidos a iEEG durante el tratamiento de epilepsia.
En esos dos voluntarios, la estimulación del haz del cíngulo también provocó la risa y redujo la ansiedad con la cognición normal, es decir, estando despiertos y conscientes.
Uno de los líderes de la investigación, Jon T. Willie, compara el haz de cíngulo con una súper carretera con muchas entradas y salidas.
La clave del descubrimiento radica en que se encontró la intersección clave que permite controlar el estado de ánimo, las emociones y la interacción social con un simple impulso eléctrico.
Este nuevo descubrimiento sobre la estimulación del haz del cíngulo puede ser útil para calmar la ansiedad en pacientes durante las neurocirugías en las que deben permanecer despiertos.
Así fue comprobado por el equipo de Willie durante la posterior cirugía de epilepsia de la mujer de 23 años. Cada vez que se angustiaba, los médicos estimularon la zona proporcionando un alivio bajando de inmediato sus niveles de ansiedad en el proceso.
Si la ciencia es capaz de aprovechar esta intersección del cerebro, es muy probable que puedan desarrollarse terapias a largo plazo que ofrezcan nuevas formas de tratar la depresión, los trastornos de ansiedad y/o el dolor crónico.
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