14 noviembre, 2024
Una foto inédita de la niña de Armero se hace viral a 39 años del desastre, mostrando una faceta distinta y conmovedora.
Última actualización noviembre 14, 2024 a las 10:42 am
Este 13 de noviembre se cumplieron 39 años de la tragedia de Armero, un evento que marcó a Colombia y al mundo tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz en 1985. En medio de esa catástrofe, que cobró la vida de más de 25.000 personas, surgió el rostro de Omayra Sánchez, una niña de 13 años que, atrapada entre los escombros de su hogar, luchó durante tres días hasta perder la vida.
Su imagen, capturada por el fotógrafo francés Frank Fournier, se convirtió en un símbolo de resistencia y desamparo frente a la impotencia de un país que no pudo salvarla. Ahora, una nueva fotografía de Omayra, en la que aparece viva y sonriente, ha revivido su memoria, mostrando un rostro desconocido de la pequeña que sufrió la tragedia.
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La fotografía, cedida por el Museo Memorial de Armero y publicada por el portal Cambio In en agosto, muestra a Omayra en un contexto completamente distinto al que la mayoría de colombianos recuerda. Vestida de manera elegante y con una rosa roja en el cabello, se ve a la niña participando en una presentación escolar. Su expresión es alegre, y en su mano sostiene una vela, como si celebrara una ocasión especial. Esta imagen, que ha circulado en redes sociales, ha conmovido a quienes ven en ella no solo a la víctima de una tragedia, sino a una niña con sueños e ilusiones, interrumpidos bruscamente por el desastre.
Aquel fatídico 13 de noviembre de 1985, Omayra fue una de las miles de personas que quedaron atrapadas bajo los escombros y el lodo cuando el flujo piroclástico del volcán Nevado del Ruiz alcanzó a Armero. Sus piernas quedaron atrapadas por los restos de su casa, y aunque los socorristas intentaron rescatarla, las condiciones fueron insuperables.
Omayra resistió tres días, tiempo en el que la televisión y la prensa documentaron su agonía, llevándola a la vista del mundo y generando una oleada de solidaridad, pero también de indignación ante la falta de recursos y coordinación que dificultaron los esfuerzos de rescate.
La icónica imagen tomada por Fournier, que muestra a Omayra con el agua hasta el cuello y la mirada cansada, se convirtió en un recordatorio imborrable de la tragedia y en un llamado urgente a mejorar las políticas de prevención y gestión de riesgos en Colombia. Sin embargo, esta reciente fotografía viral muestra un rostro distinto: una Omayra ajena al dolor, vestida para una presentación escolar, reflejando la inocencia de la niñez.
Este contraste entre las dos imágenes ha tocado profundamente a muchos colombianos, quienes ven en ella un recordatorio de la humanidad de las víctimas de Armero y el impacto de un desastre que, en muchos sentidos, aún permanece sin sanar.