29 diciembre, 2020
Un niño de 15 años de edad, padeció meningitis y hoy está sumido en la extrema pobreza. Esta es una campaña para ayudarlo a crecer feliz.
Última actualización diciembre 29, 2020 a las 11:41 am
Diez años y una pandemia. Este es el tiempo que lleva Luis Mario Guillén Ortiz, nacido en el corregimiento de Arjona, jurisdicción de Astrea, Cesar, quien padece las durezas y secuelas de un diagnóstico de meningitis mezclado con el mal de la extrema pobreza.
En una improvisada casa hecha de palmas y guaduas fue reconocido como el niño de 15 años de edad, quien no pudo salir corriendo al encuentro con un regalo de Navidad que repartían puerta a puerta, en las humildes casas de su barrio de invasión conocido como Villa Juancho.
En medio de la alegría propia de los pequeños al recibir un regalo, uno lo tuvo en cuenta y además de recibir su Niño Dios no dejó partir la carroza que iba cargada de juguetes sin antes decirles a los encargados que cuadras atrás había quedado alguien sin detalle. Para reforzar su mensaje, dijo que fueran que aquel amigo que no había salido porque tenía una discapacidad.
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“Luis Mario estaba en lo que puede llamarse el patio de la casa, viviendo en una situación que nadie podría jamás imaginar; es el menor de seis hermanos, una familia muy humilde, permanece allí cerca de los leños que usan para hacer el fogón, que sería lo más similar a la cocina; ha pasado gran parte de su vida, por no decir que toda, como lo trajo Dios al mundo: sin ropa, debido a que no controla esfínteres, no avisa que hará sus necesidades y los papás no tiene cómo comprarle un pañal desechable para cambiarle cada tanto”, aseguró Ana Marcela Arias, quien en ese momento repartía los regalos para la reciente Noche Buena.
Ana Marcela Arias
El diagnóstico para su salud no es aún específico, en medio de su quizás desconocimiento, lo que narra la señora Damaris Guillén Ortiz, madre del niño en condición de discapacidad, es que, a la edad de 5 años, el menor de sus hijos se cayó jugando y tras un fuerte dolor de cabeza, que creería fue ocasionado por el golpe, habría convulsionado y “quedó así”.
Era imposible salir de allí igual y dejar que la sonrisa mágica de Luis Mario se viera apagada por las condiciones de su salud y las múltiples precariedades que hay en su entorno, el brillo de sus ojos que deslumbró al grupo de personas que llegaron a su encuentro sin planearlo ha marcado el camino cual estrella de Belén y hoy ya se han logrado varias ayudas.
“Lo primero fue salir de allí a buscar un médico que revisara a Luis Mario, el diagnóstico aun no es claro, la doctora que lo revisó determinó que está bien, pero que debe ser atendido con tratamientos para evitar o manejar las convulsiones que relata la mamá que suelen presentarse; observó en él que tiene la capacidad para caminar pero tiene atrofia muscular, le falta ser estimulado en ello, no toma ningún tipo de medicamento y por ello muchas veces convulsiona, hoy lo visitará una fisioterapeuta, también donando su tiempo, para ver realmente en que se puede avanzar con Luis Mario”, relató Ana Marcela.
Ver a Luis Mario es saber que paralelo a un año difícil hay para quienes la vida ha sido igual o más cruda que estos casi 365 días que transcurren del 2020, pero encontraron manos amigas y antes de finalizar este año ya hay en casa de ‘Mario’ una silla de ruedas y elementos de aseo personal. “Pero se necesita más, más ayuda, más de esos maravillosos seres humanos que sabemos hay dispuestos a hacer de la vida de alguien una eterna Navidad, por eso, y aunque nunca lo había hecho, acudo a ese buen corazón de todos, todos, para que Luis Mario pueda contar con una mejor condición de vida”, es el llamado a la solidaridad para lograr, por ejemplo, una cama digna donde repose su inocente sueño, una almohada que dé soporte a su cabeza, una sábana que arrope su ternura y sea todo esto el reemplazo de los rústicos leños que sin colchón simulan su lecho, lugar donde de seguro no descansa, por el contrario se cansa.
Requerimos de pañales desechables, ropa de segunda mano en buen estado, implementos de aseo personal, alimentos no perecederos y materiales de construcción tales como baldosas, cemento y madera.
Estaremos recibiendo donaciones en las siguientes direcciones
Valledupar: Calle 5c#19 d 74 Callejas del Norte, apartamento 201, edificio Sión
Astrea: Calle 6 KR 1-3, barrio la Concepción
Para aportes voluntarios: 03004003965, ahorros, Bancolombia
¿Interesado en conocer acerca de la historia de Luis Mario?
Comunícate con nosotras: 3507778119, 3158521333, 3004003965.
Todos podemos ser esos amigos cercanos, entre todos podremos ayudar a Luis Mario.
Por: Karelis Rodríguez