Historia del papá y hermana de Leandro Díaz: ¿real o falsa?

La narrativa usada por Alonso Sánchez Baute daría para imaginar una pintoresca historia en la novela de Leandro Díaz. Pero la aventura entre Onofre y Tomasa es una incógnita para el imaginario colectivo que comienza a conmoverse con la serie trasmitida por RCN.

Por la manera de contar estos hechos sucedidos hace más de 50 años hay una demanda en el Juzgado Promiscuo Municipal Hatonuevo, La Guajira, quizás la primera parte de una larga disputa que seguirá entre algunos hijos de Leandro y la productora nacional.

Y no está nada alejado todo esto de lo que pasó entre Abel Rafael Duarte (Onofre Duarte), María Ignacia Díaz (Nacha) y Nicolasa Díaz Palmesano (Tomasa). Padre, esposa e hijastra terminarían involucrados en un trío amoroso, siendo abuelo y padrastro al mismo tiempo.

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El autor, Alonso Sánchez Baute, narra en Leandro que Carmen, hermana de Leandro, le contó en su casa en Hatonuevo, una de las más extrañas situaciones, que fue narrada en los libretos de la novela.

“Soy medio hermana de Leandro. Nacha era mi abuela. Mi mamá fue una de esas dos hijas que tuvo Nacha antes de arrejuntarse con mi papá (Abel Rafael Duarte o bien sea Onofre Duarte). Mi mamá era hija de Nacha. Se llamaba Nicolasa Díaz Palmesano. Salió preñada por primera vez cuando tenía 16 años y mi papá, Abel Rafael Duarte, ya había cumplido los 34”, escribió Sánchez Baute.

Pero no solo fue uno, en total, Abel y Nicolasa tuvieron ocho hijos. Es decir, eran hermanos de Leandro y al mismo tiempo sobrinos.

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“Mi papá y mi abuela nunca se separaron. Vivían en Tocaimo junto con mi mamá y mis hermanos mayores. Por ahí como en 1951 se mudaron todos para acá”, agrega la investigación dentro del libro.

Es decir, aunque los nombres fueron cambiados para no vincular directamente a RCN con los personajes originales, el amor entre padre, esposa e hijastra fueron más que una noche, se alargaron con el pasar de los años y fruto de eso hubo hijos de parte y parte.