3 marzo, 2025
Con modernos juegos y espacios para hacer deporte, se entregó la nueva obra en la ciudad de Valledupar, comunidad celebra su nuevo parque.
Última actualización marzo 3, 2025 a las 10:47 am
Habitantes del barrio Ichagua de Valledupar recibieron con alegría un espacio renovado de encuentro y esparcimiento ubicado en la carrera 19c2, entre calles 8 y 9, que beneficiará a cerca de 7.000 habitantes del sector, se trata de la entrega del parque de esta localidad, el cual cuenta con 2.000 metros cuadrados y representa un importante logro para los residentes, quienes ahora cuentan con un lugar digno, seguro y verde para el disfrute de día y noche.
El parque, entregado por el alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco Durán, fue diseñado e incluye cancha para niños, zonas verdes, espacios públicos incluyentes, juegos infantiles y un moderno gimnasio biosaludable. Atendiendo a las sugerencias de los vecinos, se incorporaron también bahías de parqueo para vehículos, mejorando significativamente la funcionalidad del espacio público, así lo explicó el secretario de Obras Públicas, Layonel Arenas Díaz.La obra, que generó alrededor de 50 empleos directos e indirectos, fue entregada por el alcalde Ernesto Orozco Durán, la tarde del domingo 2 de marzo, un día que quedará enmarcado en la historia de Ichagua.
«Con proyectos como este estamos construyendo una ciudad más humana, más verde y con mejor calidad de vida, porque el 2025 es el año de las obras y así lo estamos cumpliendo», expresó el mandatario durante el desamarre de la cinta, que estuvo acompañado por comunidad, concejales, ediles y cientos de niños.
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Este proyecto contó con el respaldo por parte de la empresa ESTIV, que instaló 28 faroles led, dos postes de fibra de vidrio, 28 postes metálicos, 10 sistemas de puesta tierra y un kilómetro de red subterránea.
Para la construcción del parque Ichagua se destinaron cerca de $1.100 millones, a través del pago de los impuestos de los vallenatos.
«Hace unos meses evitaba pasar por este lugar al caer la tarde», recuerda Miriam Castro, quien ha vivido cerca del parque Ichagua durante más de dos décadas. «Era un espacio oscuro, abandonado. Muchas veces soñé con ver a mis nietos jugando aquí sin temor. Hoy mis ojos no dan crédito a la transformación: luces, balones, risas de niños y vecinos compartiendo en armonía. Este lugar que tanto nos atemorizaba se ha convertido en el corazón de nuestra comunidad», expresó con emoción la mujer de 68 años mientras observa la entrega oficial de la obra por el alcalde Ernesto Orozco Durán.
