6 agosto, 2019
Rodolfo Hernández Suárez habría sido partícipe, supuestamente, del proceso de selección para el tratamiento, transformación y disposición final de las basuras en los municipios del Área Metropolitana de Bucaramanga.
Última actualización agosto 6, 2019 a las 04:03 pm
De sus polémicas acciones a
responder por sus controvertidas acciones, así está el alcalde de Bucaramanga,
Rodolfo Hernández Suárez, a quien la Procuraduría General de la Nación formuló pliego de cargos por presuntas
irregularidades relacionadas con el proceso de selección para el tratamiento,
transformación y disposición final de las basuras en los municipios del Área
Metropolitana de Bucaramanga.
El órgano de control endilgó dos cargos al mandatario: primero, por un presunto
interés indebido en los procesos de selección E-EMAB-001-2016, EMAB –
IP001-2017 y CD-EMAB-001-2017, supuestamente, en provecho de su hijo Luis Carlos Hernández Oliveros, quien obtendría
beneficio económico si el contrato se celebraba con los representantes de la
tecnología WastAway en Colombia.
Entre las pruebas que sustentan el cargo están el acuerdo de voluntades de corretaje, las impresiones de las conversaciones de Whatsapp de las personas que lo suscribieron y en las que Hernández Oliveros refiere que comentaba con su padre aspectos de la licitación que luego eran informados a los participantes y sobre las reuniones del alcalde sostenidas con los representantes de WastAway en Colombia, José Manuel Hormaza, Florin Volcinschi y Héctor Hernando Baquero, en particular los días 22 de abril y 24 de julio de 2016.
Reposa en el expediente la declaración juramentada rendida por Fontecha Rincón, quien manifestó que el mandatario local lo llamó al parecer para decirle que procediera en el sentido que él quería, es decir; que aprobara la fianza que la UT Vitalogic RSU había entregado para garantizar la seriedad de la oferta.
La Procuraduría calificó provisionalmente la presunta falta en el primer cargo por supuesto interés indebido en la celebración de contratos como gravísima a título de dolo y del segundo cargo, por presuntamente ejercer coacción a fin de que el entonces director jurídico de la EMAB procediera en el sentido que él quería, como grave a título de dolo.
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