27 noviembre, 2024
‘Shalom, Shalom’, el hombre que llenó las calles de sabiduría y esperanza falleció esperando un procedimiento médico.
Última actualización noviembre 27, 2024 a las 09:24 am
La noche del martes 26 de noviembre, Valledupar perdió a una de sus figuras más entrañables: Carlos Liñán Porto, conocido cariñosamente como “El Caleño” o “Shalom, Shalom”. A los 66 años, falleció en la Clínica Alta Complejidad tras enfrentar complicaciones cardíacas y una dolorosa espera por un procedimiento médico que nunca llegó debido a la falta de convenios de su EPS en la ciudad.
Carlos Liñán Porto, oriundo de Cali, Valle del Cauca, llegó hace años a Valledupar, donde formó su hogar y se convirtió en un personaje icónico. Su perifoneo, cargado de palabras de sabiduría y mensajes llenos de fe, resonaba en las calles de la ciudad, llevando aliento a quienes lo escuchaban.
Conocido por su inquebrantable fe en Dios, “Shalom, Shalom” fue mucho más que una voz; fue un símbolo de resiliencia y esperanza, alguien que con humildad y amor se ganó el respeto y el cariño de la comunidad vallenata. Además personas que lo conocieron manifiestan que era buen jugador de baloncesto.
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La partida de Liñán Porto no solo deja un vacío en la comunidad, sino también un profundo sentimiento de impotencia. Según sus familiares, el procedimiento médico que pudo salvar su vida se vio retrasado porque la entidad de salud a la que estaba afiliado no contaba con convenios en Valledupa
“Es muy triste que alguien tan querido haya muerto esperando un tratamiento que nunca llegó. Esto no debería pasarle a nadie”, manifestaron sus hijos, quienes siempre lo acompañaron en su lucha.
La noticia ha generado gran conmoción en Valledupar, donde su figura será recordada por generaciones. “Carlos era un hombre que siempre compartía esperanza, incluso en sus momentos más difíciles. Su pérdida es un llamado a reflexionar sobre la importancia de un sistema de salud justo y accesible para todos”, expresó un habitante del barrio donde residía.
El legado de “Shalom, Shalom” vive en cada palabra que dejó, en cada mensaje que compartió, y en los corazones de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo. Valledupar despide a un hombre sencillo, pero gigante en espíritu, mientras sus calles extrañarán esa voz que siempre hablaba de fe, amor y perseverancia.
Descansa en paz, Carlos Liñán Porto. Tu mensaje de esperanza será eterno en el corazón del pueblo vallenato.