30 diciembre, 2024
El ataque ocurrido en Aguachica deja tres muertos y al joven Santiago Lora luchando entre la vida y la muerte en la Clínica Alta Complejidad.
Última actualización diciembre 30, 2024 a las 11:08 am
El departamento del Cesar continúa conmocionado tras el asesinato del pastor Marlon Lora, líder de la iglesia Príncipe de Paz en el barrio Villaparaguay de Aguachica; su esposa, Yorley Rincón, y su hija Ángela Lora Rincón. El atentado también dejó gravemente herido a Santiago Lora Rincón, de 21 años, quien se encuentra en estado crítico con diagnóstico de muerte cerebral tras recibir tres impactos de bala en la cabeza.
Según reportes, el ataque ocurrió el pasado domingo 29 de diciembre al mediodía en un restaurante ubicado en la calle 5 con carrera 30 del centro del municipio. Mientras la familia compartía un almuerzo, un hombre ingresó al lugar a bordo de una motocicleta, desenfundó un arma y disparó repetidamente contra los presentes. Tres miembros de la familia murieron al instante, mientras que los demás clientes buscaron refugio para evitar ser alcanzados por las balas.
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Fuentes cercanas a la familia confirmaron que Santiago, quien fue intervenido quirúrgicamente tras el ataque, se encuentra conectado a respiración asistida y con diagnóstico de muerte cerebral. “Su cerebro no responde, además tiene exposición de masa encefálica y un Glasgow incompatible con la vida”, aseguró un allegado, a PRIMERA LÍNEA, quien describió la incertidumbre que rodea el estado del joven, el único sobreviviente de la familia tras la masacre.
Sin embargo, la Clínica Alta Complejidad de Aguachica emitió un comunicado donde informan el estado de salud del joven.
La comunidad de Aguachica, profundamente impactada, exige justicia y acciones contundentes de las autoridades para esclarecer este crimen atroz. Mientras tanto, la Gobernación del Cesar y la Alcaldía de Aguachica han ofrecido una recompensa de 50 millones de pesos por información que permita identificar y capturar a los responsables.
El municipio vive tres días de duelo decretados por la administración local en homenaje a las víctimas, mientras las banderas ondean a media asta como señal de respeto y luto. Líderes religiosos, amigos y vecinos han expresado su consternación por la violencia que arrebató la vida de una familia dedicada al servicio y a la fe.
El triple homicidio pone en evidencia la vulnerabilidad que enfrenta la región frente a actos de violencia que no distinguen entre víctimas. La ciudadanía espera que las investigaciones avancen rápidamente y que los responsables enfrenten todo el peso de la ley.