28 octubre, 2024
La Fiscalía avanza en la imputación de cargos, pero aún no se han identificado los autores intelectuales detrás del atentado.
Última actualización octubre 29, 2024 a las 04:51 pm
Hace un año, el incendio en la sede de la Registraduría de Gamarra, Cesar, dejó una trágica pérdida con la muerte de la funcionaria Duperly Arévalo. Sin embargo, a pesar de la captura de cinco personas a quienes la Fiscalía señala de estar involucradas en el ataque, el caso parece estancado. Aunque el ente acusador solicitó medidas de aseguramiento y señaló a los capturados como “peligrosos para la sociedad”, hasta ahora ninguno de ellos ha sido condenado. Lo más alarmante es que los presuntos autores intelectuales aún están desaparecidos, y la falta de justicia sigue generando incertidumbre entre los habitantes.
Apenas un día antes de las elecciones regionales de 2023, el caos se apoderó de la Registraduría, y tras el atentado, la Fiscalía detuvo a cinco personas, con cargos que los vinculan directamente al ataque y al asesinato de Arévalo. Sin embargo, en el escenario legal los acusados no han admitido los cargos, y aunque la Fiscalía busca imponerles medidas severas, todos siguen fuera de prisión. La demora en procesar a los responsables y el silencio sobre los autores intelectuales siembra la duda sobre si se trata de un caso de negligencia o de protección de intereses políticos.
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En medio de esta turbulencia, la Registraduría de Gamarra tuvo una remodelación en noviembre del 2023. Pero lejos de calmar a los ciudadanos, la institución ha generado inquietudes al vincularse con proveedores del alcalde, lo cual muchos ven como una señal de la influencia de políticos locales en la entidad. «Todo el mundo intuye quién pudo estar detrás, pero las investigaciones no avanzan. La Registraduría ya fue remodelada, pero está trabajando con provocadores del alcalde lo que nos preocupa», comentó un habitante que, por seguridad, prefirió mantener su identidad en reserva.
Después de un año, la familia de Duperly Arévalo ha seguido luchando porque se logre la justicia por la muerte de ella. “Toda su familia está vinculada al derecho, ellos dicen que esa muerte no va a quedar impune. Solo que ellos son una familia muy respetada en Gamarra, son muy educados y decentes, poco escándalo hacen“, indicó un amigo cercano de la familia.
A pesar de las promesas iniciales de justicia, el caso de Duperly Arévalo sigue sin resolverse, mientras la desconfianza hacia las instituciones en Gamarra crece. Cada día que pasa sin claridad, las preguntas se multiplican: ¿es negligencia o encubrimiento? ¿Quiénes se benefician realmente de la tragedia? Y, sobre todo, ¿qué tan cerca está el poder de quienes aún no rinden cuentas ante la justicia?