28 marzo, 2022
Una sorpresa ha causado José Juan Camilo Guerra en los shows públicos del cantante urumitero, quien no esconde el gusto por su nota.
Última actualización marzo 28, 2022 a las 05:04 pm
En marzo de 2021, hace un año exactamente, Silvestre Dangond comenzó a percibir como su acordeonero, su primo Lucas Dangond, era pretendido por Elder Dayán Díaz, luego de su ruptura con Rolando Ochoa.
Dangond, acostumbrado a realizar movimientos en su agrupación sin entregar detalles, no le quedó una opción más grande que la resignación. No sin antes, tirar un par de ‘puyas’ durante algunos conciertos y reuniones privadas.
Sin más tiempo, el hijo de Urumita, La Guajira, comenzó a estudiar nombres entre los que aparecieron Rubén Lanao Jr. y José Juan Camilo Guerra. Tras unos ensayos en Valledupar, Lanao se quedó con el guiño de Silvestre y su mánager, Carlos Bloom.
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Pero algo no estaba del todo completo, en cuanto a gusto se refiere. El intérprete de ‘Niégame tres veces’ advertía que “le gustaba el negrito” y así lo ratificó al convocar a José Juan Camilo Guerra a distintas parrandas de amigos. Incluso con Rubén Lanao en el mismo escenario.
La sorpresa fue cuando Guerra, de 20 años y rey Juvenil y Aficionado del Festival Vallenato, apareció durante los conciertos de Silvestre en el Carnaval de Barranquilla. Alternó con Rubén Lanao el repertorio y se dividieron cargas a la hora de complacer a los ‘silvestristas.
Todo esto implica que Dangond ya no lo hace solo por gusto propios, existe un vacío que está llenando con las notas de José Juan Camilo y parece que lo seguirá aplicando de acuerdo a su gusto.
Todo indica que Silvestre Dangond no está al ciento por ciento seguro de Rubén Lanao Jr., en cuanto a estilo y ejecución se habla. El barranquillero es aplicado para aprenderse estilos, rutinas y hasta para crear, pero su pulso es débil y, obviamente, está en un proceso de formación que tarda ciertos años en tomar forma.
En lo apreciado, Silvestre encuentra en Lanao un sonido cercano a Álvaro López, su acordeonero por excelencia, y en Guerra tiene más a ‘Juancho’ Rois, guardando las proporciones, para aplicar dinamismo y velocidad a sus presentaciones.
Ese estilo de tener acordeonero y suplente era muy utilizado por Jorge Oñate, padrino de Silvestre, quien en grabaciones siempre buscaba a alguien más que su compañero habitual con el fin de sacar notas, pases, arreglos y mucha ventaja a la hora de llenar la cinta fonográfica.
Rolando Ochoa, excompañero de Silvestre, se metió en la punta a punta de los jóvenes acordeoneros y respaldó a Rubén Lanao.
El folclorista Álvaro Álvarez se inclinó por José Juan Camilo Guerra.