Por: Carlos Mario Jiménez


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¿Por qué Valledupar pega y despega a los artistas del vallenato?

2 octubre, 2022

El termómetro en la ciudad son estancos, zonas rosas y, por supuesto, medios de comunicación. Una mentira se teje alrededor del dinero que produce.

ACORDEONEROS AFICIONADOS FESTIVAL VALLENATO 2022


“Valledupar pega, pero no da baile”, ese es una frase muy repetitiva entre el gremio de cantantes, acordeoneros, mánager y hasta amantes del vallenato. Pero todos quieren sonar y pegar en Valledupar, sin duda, la Capital Mundial de la música de acordeón, como se le conoce a nivel internacional.

Les gusta estar metidos en el “bochinche”, bien sea hablado, escrito y hoy en redes. Una polémica actual da pie para sonar una canción en emisoras, estancos, cantinas, barrios populares o billares, algo que antes difícilmente sucedía porque el dominio era casi total por parte de algunos medios.

Y digo casi total porque desde niño escuché canciones en mi barrio, La Victoria, o en El Galán, que jamás sonaron en la banda FM y eran éxito entre la gente. Las emisoras no arriesgan y mucho menos salen a escudriñar con qué amanecen bebiendo donde el viejo Julio Mancilla, en la tienda del Flaco y mucho menos donde Mañe, a la orilla de la acequia, todos esos son termómetros verídicos porque la música romántica es tan asediada que actualmente es la bandera para que los cantantes graben covers, pero poco suena.

Hasta las más raras agrupaciones suenan entre cervezas, aguardiente o whisky del barato. Eso era viral, pero no lo sabíamos.

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En ese orden de ideas, Valledupar es una meca para hacer éxitos nacionales e internacionales. Pregúntenle a Silvestre Dangond por ‘La colegiala’. Todos sueñan con sonar, escucharse y sentirse amados por los seguidores de esta tierra, sin embargo, la miran de manera despectiva y con cierto recelo a la hora de fijar residencia, comunicaciones y emprender una campaña de marketing.

Se van por las ramas, dice el argot popular. ¿Por qué? sucede que en el vallenato todo se maneja de manera informal, especialmente en el tema de comunicaciones, que es donde quiero ahondar para claridad de todos. Especialistas en la materia pocos, profesionales, muchos. En todo caso, las agrupaciones se contagian de lo malo y casi nunca tienen un jefe o director de esta área porque “eso lo haces tú”, le dicen al coordinador o mánager.

Equivocados, sí. Analicemos la actualidad. Agrupaciones consideradas como top dentro del género carecen de la creación de contenidos propios de su trabajo. Se dedican a postear giras, hablar de bailes, grabaciones y hasta ahí donde llega su idiosincrasia.

Silvestre Dangond, Peter Manjarrés, Felipe Peláez, Nelson Velásquez, Beto Zabaleta, Elder Dayán, Diego Daza, El Mono Zabaleta, Rafa Pérez, Los K Morales, Jean Carlos Centeno, Alex Manga, Los Gigantes, Binomio de Oro y me detengo porque la lista es infinita de quienes no tienen o dejaron de producir noticias en Valledupar, así como las demás ciudades.

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La mayoría de grupos hoy contratan el llamado free press con agencias en Bogotá, donde carecen de total conocimiento y tratamiento de la información. Incluso, las noticias producidas ya son periódico de ayer en la ‘cuna’ del vallenato y hasta redes sociales. Otros pagan por salir dos veces por semana en los perfiles de Instagram de algunos medios o páginas con seguidores (muchos falsos), sin tener en cuenta el impacto de la publicación.

Hace muchos años Javier Fernández Maestre emprendió una campaña desde Olímpica Stereo de no leer boletines ni informaciones de agrupaciones siempre y cuando no estuviese firmado por un periodista. Una sola golondrina no hace verano y aunque hizo el intento se apagó en su querer de darle importancia a lo importante, las comunicaciones.

Saben del hueco, la falta que les hace, pero siempre quieren tapar sus fallas con escándalos, a todo esto, difícilmente tienen liderazgo para sentar un precedente y darles una verdadera altura a sus empresas. Hoy son más de lo mismo, son un montón de hilos tejiéndose dentro de un carrusel de consumidores que hace muchos años dejó de comer solo de fotografías o vídeos.

Entonces en Valledupar no pegan por fiebre ni por imposición, esta ciudad es la vitrina más grande para la música vallenata y todos sus integrantes lo saben, solo que se hacen los locos para marginar el lecho de su éxito a las toldas bogotanas, barranquilleras y a veces paisas. El Valle es el Valle…