26 septiembre, 2019
Una ojiva nuclear de 100 mt de potencia acabaría con la vida de 8 millones de personas de forma instantánea.
Última actualización septiembre 26, 2019 a las 11:08 am
Desde la Segunda Guerra Mundial los científicos y expertos advierten que una escalada militar entre dos grandes potencias llevaría consecuencias catastróficas para la humanidad.
Los únicos capaces de desencadenar un conflicto bélico a escala mundial son Estados Unidos y Rusia.
«Comenzaron a desarrollar nuevos tipos de armas nucleares y ampliaron las circunstancias en las que podrían usar esas armas»
Según la simulación el panorama es realmente aterrado ya que en solo cinco horas ya habrían muerto 34 millones de personas y otros 57 millones estarían heridas.
Los cálculos no están nada alejados de la realidad debido a la decisión del gobierno de Trump y Putin de seguir produciendo armas nucleares.
«El riesgo de una guerra nuclear ha aumentado dramáticamente en los últimos dos años a medida que Estados Unidos y Rusia han abandonado los tratados de control de armas nucleares», señalan los creadores de la simulación.
«Comenzaron a desarrollar nuevos tipos de armas nucleares y ampliaron las circunstancias en las que podrían usar esas armas», señalan.
La intención de los expertos es hacer un llamado de atención a los gobiernos e instituciones como la ONU sobre las «consecuencias potencialmente catastróficas de los actuales planes de guerra nuclear de Estados Unidos y Rusia».
El conflicto iniciaría con el avance de tropas de la OTAN hacia territorio ruso en las fronteras entre Alemania, Polonia y República Checa.
Es ahí cuando el Kremlin haría el primer ataque con un misil que desencadenaría la catástrofe en Europa, Asia y Estados Unidos.
Aviones cargados con ojivas nucleares volarían hacia ambos bandos desencadenando la explosión de cientos de bombas nucleares.
Según la simulación, en las primeras tres horas ya habrían más de 2,6 millones de muertos, algo así como desaparecer toda la población de Jamaica o Uruguay en ese lapso de tiempo.
Las estimaciones revelan que Estados Unidos y Rusia poseen más de 50.000 ojivas nucleares, números que no se actualizan desde 2002.
La simulación muestra cómo las potencias harían de las grandes ciudades los principales objetivos a bombardear, lo que desencadenaría en solo 45 minutos 85,3 millones de víctimas entre muertos y heridos.
Después de cinco horas el saldo de víctimas escalaría a los 91,5 millones, de los cuales 34,1 serían muertes inmediatas y otros 57,4 heridos.
El cálculo de las víctimas se hace con NukeMap, una herramienta interactiva que calcula el daño que causarían las armas nucleares dependiendo de la potencia y el lugar de impacto.
Según Nukemap, una bomba nuclear como la detonada en Nagasaki en 1945 mataría de forma instantánea a 166,830 en New York y otras 304,980 resultarían heridas. El número de víctimas se incrementaría con el paso de las horas.
La Bomba del Zar, diseñada en 1954 por la antigua Unión Soviética, tiene el potencial de ocasionar 14 millones de víctimas, entre ellas ocho millones de muertes de forma instantánea en la misma ciudad.
Académicos y especialistas sobre conflictos bélicos coinciden en que la simulación Plan A muestra datos espeluznantes, sin embargo afirman que la realidad es que hay pocas probabilidades que un conflicto a gran escala se presente.
«Mucha gente podría ver más probable un conflicto entre China y EE. UU. Rusia es una sombra de lo que era la antigua Unión Soviética en términos de poder bruto, y Putin lo sabe«, afirma Matthew Bunn, profesor de la Universidad de Harvard y especialista en medidas para controlar la proliferación de armas nucleares