5 marzo, 2024
La tragedia ocurrió en el corregimiento de Los Venados, donde un niño de dos años perdió la vida en estanque piscícola.
Última actualización marzo 5, 2024 a las 10:06 am
Una nube oscura de dolor se posa sobre Los Venados, un corregimiento de Valledupar, tras la trágica muerte de un niño de dos años en un estanque piscícola en el patio de su hogar.
El fatal suceso ocurrió mientras el pequeño jugaba alrededor del estanque, en lo que debería haber sido una jornada común en la vivienda de sus padres. En un instante desgarrador, perdió el equilibrio y cayó al agua, desatando una desesperada carrera de su padre por salvarlo.
A pesar de los esfuerzos heroicos del progenitor, el niño llegó sin signos vitales a la clínica Sinais Vitais de Bosconia (Cesar), donde los médicos realizaron intervenciones de emergencia en un intento por revertir la tragedia. Lamentablemente, sus esfuerzos fueron en vano.
El cuerpo del pequeño fue trasladado a las instalaciones de Medicina Legal de Valledupar, donde se llevará a cabo la necropsia correspondiente. Este trágico episodio subraya la alarmante frecuencia de casos de ahogamiento que involucran a menores en la región.
Este año, el Cesar ha sido testigo de la pérdida de cuatro niños en circunstancias similares, siendo el más reciente el pasado 14 de enero en Aguachica, donde un niño de cuatro años encontró su trágico final en una pileta mientras visitaba a familiares.
Ante esta ola de tragedias, los organismos de socorro han lanzado un llamado urgente a los padres de familia, instándolos a mantener una vigilancia constante cuando sus hijos estén cerca de cuerpos de agua. La advertencia resuena con fuerza, destacando la importancia de evitar que los niños queden sin supervisión alrededor de piscinas, ríos o lagos.
En medio de esta dolorosa realidad, la comunidad de Los Venados y del Cesar en general se enfrenta a la urgente necesidad de tomar medidas preventivas para proteger a los más vulnerables. La pérdida de estos inocentes deja una cicatriz profunda, recordándonos a todos la fragilidad de la vida infantil y la necesidad de estar alerta en entornos acuáticos.