8 agosto, 2025
Que la única "presión" al lactar sea ocasionada por la boquita de tu bebé al succionar.
Última actualización agosto 8, 2025 a las 11:18 am
Durante la Semana Mundial de la Lactancia Materna muchas voces se unen para promover los beneficios de esta práctica, y sin duda, la lactancia tiene múltiples ventajas tanto para la madre como para el bebé, y es válido en este punto decirles que aquí escribe una mujer cuya experiencia en el tema no viene con un título de médica, sino que es una vivencia desde el momento en que se convirtió en mamá.
Considero que es importante reflexionar sobre cómo la sociedad, en su afán de apoyar, a veces puede generar presiones que no siempre son saludables ni justas, en mi caso pude lactar a mi bebé, exclusivamente tres meses, fue mi elección que luego tuvo que cambiar porque trabajaba y el banco de leche ‘quebró’, la red de apoyo colapsó (y no lo digo como reproche) pues para que esto funcione necesitas que todos estén en sintonía con ello.
La lactancia debe ser una experiencia deseada, disfrutada y natural. No debería convertirse en una obligación, ni en un requisito para ser considerada una buena madre, así que cuando la decisión tenía que ser la fórmula, porque me aterrorizaba que mi niña perdiera peso o pasara hambre por no estar ahí cuando pidiera pecho, lloré sintiéndome la peor, llamé a una amiga sin consuelo creo que casi pensaría ella que yo sentía que le iba a dar un veneno a mi hija, escribiendo esto me río, pero lloré lo que no está escrito.
En mi caso fue así y mi niña incluso tomó seno hasta después de cumplir su primer año, ya casi tiene dos, si, a dos chorros decía mi papá: tete y teta, obvio en un punto su comida también, sin embargo, admito fue frustrante no haber sostenido seis meses la lactancia y lograr que fuera exclusiva, en algún momento se convierte en un reto que ya ni sabes de verdad a quién estás retando, la sociedad misma parece estar esperando que digas que das fórmula para cuestionarte e irónicamente si les dices que solo quieres dar ‘teta’ te dicen: ESO NO LO LLENA (me pasó mil veces contadas),
Pero no hablo sólo desde mi voz, sino que me atrevo a tomar algunas palabras prestadas, una prima me contó que con sus dos hijos nunca disfrutó el dar pecho, era tortuoso para ella, con todo el amor que tiene por sus pequeños que soy testigo de ello, no pudo hacerlo y se sentía presionada a luchar con una Lactancia Materna Exclusiva que no pudo ser y que nunca llegó a ser romántico como en la propaganda de pañales.
Cada mujer vive su maternidad de manera única y sus decisiones respecto a la lactancia deben ser respetadas y apoyadas, sin juicios ni expectativas sociales que puedan generar culpa o frustración.
Es fundamental entender que algunas mujeres enfrentan dificultades, dolor o simplemente no desean lactar, y eso no las hace menos madres ni menos valiosas. Otra amiga, cuyo bebé nació unos tres meses antes que mi hija, se esforzó hasta lo económico, comprando y procurando todo para almacenar, extraerse, para brindarle por supuesto desde su pecho, no pudo y aún hoy me cuenta con sentimiento de frustración, incluso en una de sus redes sociales contó y pa’ resumirles en sus palabras textuales fue “una completa pesadilla”, su parto exitoso pasó a un muy segundo plano cuando la presión fue: ¡TIENE QUE AMAMANTAR YA!, alguna condición fisiológica de ella no lo permitía y nadie lo tuvo en cuenta.
La presión social puede hacer que muchas se sientan culpables o incluso sufran en silencio, y en algunos casos, como muchas otras cosas en la maternidad sus decisiones de “sí o no” se conviertan en una batalla por librar con el entorno, mi deseo es que podamos crear un entorno donde la elección de cada mujer sea respetada y acompañada, sin juicios ni imposiciones.
La maternidad es un camino personal, y lo más importante es que cada madre se sienta apoyada en sus decisiones, en sus tiempos y en sus formas de criar a sus hijos, en ninguna de mis líneas quiero que se interprete algo en contra de la lactancia materna que, si bien no digo que sea romántica, yo pude disfrutarla, sentir el vínculo con mi hija, en sus etapas de un poquito de ardor, mucho cansancio, gran demanda y hasta dudaba en quitarle el seno porque pensaba que ya era separarnos jajajajaja, pero todo eso debe ser sano, no impuesto.
Promover la lactancia es valioso, pero aún más valioso es promover el respeto, la empatía y la libertad de elección. Porque al final del día, lo que todos queremos es que las madres se sientan acompañadas, valoradas y libres para decidir qué es lo mejor para ellas y sus hijos.
Y por si acaso, las mamás de esta historia son valiosas, esforzadas, madres increíbles, con unos hijos sanos e inteligentes porque están siendo resultado de decisiones valientes. Que la única presión al lactar sea ocasionada por la boquita de tu bebé al succionar.