Por: Carlos Mario Jiménez


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La historia completa del Festival Vallenato: de sus inicios humildes a su reconocimiento internacional

20 abril, 2023

El Festival de la Leyenda Vallenata fue creado por un grupo de miembros de la sociedad vallenata, entre políticos, periodistas, músicos y otros. Conoce su real historia.

PRIMER FESTIVAL VALLENATO 1968 CORTESÍA
Alejo Durán ganó la primera corona del Festival Vallenato, al vencer a Ovidio Granados, Luis Enrique Martínez, Emiliano Zuleta Baquero, Florentino Montero y Alcides Montero.


Última actualización noviembre 15, 2023 a las 10:03 am

Aprende sobre la historia y evolución del Festival Vallenato a lo largo de los años.  Una corriente religiosa popular fue el punto de partida para crear la fiesta de acordeones más grande del mundo. Nació de la mano con creencias del pueblo, entre anécdotas, vivencias y un concurso con pocos participantes.

Fue bautizado con el “sugestivo” nombre de Festival de la Leyenda Vallenata y tiene sus raíces “en sucesos históricos” que ocurrieron en 1554, en las que hoy son “ubérrimas tierras del Cesar y más precisamente Valle de Upar”, como lo describió Consuelo Araújo Noguera, justamente cuando presentaba al mundo el Festival que se llevaría a cabo en Valledupar, del 27 al 30 de abril de 1968, que según ella, no era uno más “dentro del molde estereotipado en que, tal vez debido a la proliferación, se han ido colocando estos certámenes en el país”.

De la mano de Alfonso López Michelsen, el compositor Rafael Escalona Martínez y Consuelo Araújo Noguera, y los hermanos Pavajeau, días previos a la creación del Cesar (1967) como departamento, este grupo de amigos concretó la idea de crear una fiesta tan importante como el Carnaval en Barranquilla, el Reinado de la Belleza en Cartagena o la Fiesta del Mar en Santa Marta.

“Al ser constituido el Cesar como departamento y Valledupar en su capital, vino mucha gente a esta ciudad, entre ellos funcionarios de la Corporación Nacional de Turismo a visitar al doctor Alfonso López (primer gobernador del Cesar), fue así como consideraron que Valledupar debía tener una fiesta de suma importancia en el país”, explicó Cecilia ‘La Polla’ Monsalvo Riveria (Q.E.P.D.), presidenta por varios años de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata.

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Argumentó que Consuelo era una mujer de mucha proyección y ellos habían crecido con la imagen de una celebración importante para esta población. “El doctor Pedro Castro Trespalacios siempre nos había dicho que no dejáramos perder esa fiesta (de la virgen del Rosario), que era un arraigo de nuestra tierra y de los españoles, entonces Consuelo consideró que era la fiesta más próxima, porque el departamento se creó en diciembre”, dijo Monsalvo Riveira.

El Festival entonces se gestó basado en “la historia bella y significativa”, que hablaba por sí sola de las características propias del pueblo vallenato, “en el cual se conjugan a un tiempo la alegría, el valor, la independencia y una profunda fe religiosa sin gazmoñería ni sectarismo”, relató la exministra de Cultura, Consuelo Araújo en uno de sus artículos.

La fiesta de la virgen del Rosario fue punto el punto de partida para el Festival Vallenato. Esta celebración religiosa católica se hacía tradicionalmente todos los años y se les agregaban bailes desarrollados en las casas más importantes en Valledupar, mientras que en los barrios se hacían las famosas colitas. Además de las riñas de gallos y por consiguiente la fiesta de la virgen, que consistía en una misa, la procesión y quienes hacían las promesas se vestían como indígenas.

En 1968 le agregaron espectáculos complementarios como fue el concurso de acordeoneros, la exposición de artesanías y otros actos más para darle un toque folclórico.

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Además de Alfonso López, Rafael Escalona y Consuelo Araújo, quienes prácticamente idearon el evento, hubo personajes como los hermanos Pavajeau Molina: Darío, Armando (‘El Yío’) y Roberto (‘El Turco’), quienes pagaron de su bolsillo los premios de varios festivales y se convirtieron en los mejores anfitriones para personajes de la esfera política, pública y de medios de comunicación durante y después del espectáculo.

Hoy el Festival de la Leyenda Vallenata tiene 56 años de creación, como lo escribió Consuelo Araujo, con “…sus más y sus menos. Damos por descontado que por diez aciertos logrados habrá noventa errores por corregir”.

El concurso de acordeón: Alejo Durán ganó

Darío Pavajeau Molina, el mayor de la familia que aportó parte de su riqueza para solventar al Festival Vallenato y a sus concursantes, recordó que la primera edición del concurso de acordeoneros profesionales se dio “casi por juego”. Él le pagó los pasajes a Alejandro Durán para que viniera a Valledupar y también inscribió a Ovidio Granados, quien estaba en Mariangola, corregimiento de la capital cesarense.

“Alejo dijo que venía a parrandear, pero no a concursar, pero yo lo inscribí y a la hora de ir a concursar le dije que fuera y así lo hizo”, rememoró Darío Pavajeau.

El más joven de la competencia fue Ovidio Granados, apenas tenía 25 años, y se enfrentaba a Gilberto Alejandro Durán Díaz, Luis Enrique Martínez, Emiliano Zuleta Baquero, Florentino Montero y Alcides Montero.

En ese primer Festival Vallenato no era obligación tocar el aire de puya, así lo aseguró Ovidio ‘Villo’ Granados, porque lo primordial eran merengue y paseo.

“Alejo tocó los cuatro aires… ese viejo fue muy inteligente porque a él nadie le dijo que no había reglamento… él era mi ídolo con Luis Enrique Martínez”, afirmó Granados, padre de Hugo Carlos y Juan José, rey de reyes y rey del Festival Vallenato. Además, hermano del Almes, reciente ganador de la corona rey de reyes.

Esa noche del 27 de abril de 1968, ‘Villo’ quiso ganar, pero Alejo Durán y Luis Enrique Martínez eran los favoritos, del público y los jurados. “Me los tiré a ganar, pero nos echaron engañifa. A Alejo se lo llevaron para donde Consuelo (Araújo Noguera), me lo dijo él mismo, allá medio le aflojaron el tornillo por donde pasaba la correa del acordeón y cuando estaba tocando la primera pieza le hizo fuerza; claro, de inmediato se reventó y Alejo paró y dijo: ‘perdonen muchachos, se me acaba de reventar la correa del acordeón, pero así los voy a complacer’”, según Ovidio Granados la frase hizo que Durán “alborotó” a la muchedumbre que no esperó verlo terminar para sacar los pañuelos y aplaudir su interpretación.

El jurado en esa ocasión estuvo integrado por Alfonso López Michelsen, Rafael Escalona, Hugues Martínez, Evaristo Gutiérrez, Gustavo Gutiérrez, Jaime Gutiérrez de Piñeres, Carlos Vidal, Alfonso Cotes, Tobías Enrique Pumarejo y Rodrigo Montero, quienes después del encantamiento del pueblo por la interpretación del paseo ‘Alicia adorada’, la puya ‘Mi pedazo de acordeón’, el son ‘Corralito’ y el merengue ‘Envejeces corazón’, escogieron a Alejo Durán como el primer rey.

El segundo lugar lo ocupó Ovidio Granados, que en ese entonces dirigía el conjunto Los Playoneros del Cesar, y el tercer puesto fue para Luis Enrique Martínez, el gran derrotado a juicio de los conocedores. Lo mismo que Emiliano Zuleta Baquero quien participó, quedó en la final, pero no se presentó en la última ronda frente al jurado.

El triunfo le significó a Alejo Durán Díaz salir al día siguiente en la primera plana de todos los periódicos, estar en la radio y ser el ídolo del pueblo. También fue invitado a representar a Colombia en las Olimpiadas Culturales de México en octubre de 1969, a la que fue con el cajero Pablo López y el guacharaquero José Manuel Tapia Fontalvo.

El aporte de García Márquez por el Festival

En 1981 el nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, se refirió en una entrevista con Marco Antonio Contreras y Edgar Sierra Amaya, al Festival Vallenato y cómo había sido su aporte en la creación de esta fiesta, que la puso en conocimiento de Rafael Escalona. Darío Pavajeau tiene un Marconi que envió García Márquez con la invitación al Festival Vallenato en su natal Aracataca, Magdalena, en 1967.

A García Márquez le preguntaron “¿Usted qué opina de esos Festivales Vallenatos?” y él respondió que, en 1953, cuando hizo presencia en un festival de cine en Cartagena, el maestro Rafael Escalona fue visitarlo. “Yo le pregunté qué se había hecho en el país en materia de vallenatos en los últimos años. Escalona me dijo que muchas cosas, y me invitó a Aracataca para que oyera a todos los conjuntos que él pudiera recoger en toda la provincia.

Gloria Pachón, que estaba con nosotros, pasó una corresponsalía a El Tiempo que decía ‘Festival vallenato en Aracataca’. Cuando nosotros llegamos a mi pueblo, Aracataca estaba lleno de acordeoneros. Escalona, no sé si por olvido, llegó a las 5:00 de la tarde. Ese día oímos vallenatos en cantidades. Recuerdo que Armando Zabaleta, que no fue invitado, se presentó con su conjunto, como siempre echándole vainas a Escalona”, sostuvo el Nobel.

Aseguró que ese fue el comienzo de los festivales vallenatos, porque después “a las gentes de Valledupar, les dio celos y organizaron lo que ahora es el festival, el vallenato se comercializó y se degeneró”. En esa misma entrevista advirtió que el vallenato siempre estuvo basado en “contar historias reales. De ahí que yo aproveché mi personaje de Francisco el Hombre, que es un personaje mítico que no corresponde a todas esas especulaciones que sobre él se hacen, en el sentido de buscar una identidad en la vida real, y lo utilicé en Cien Años de Soledad (…)”.

Se creció el Festival

De las tarimas ubicadas en quioscos o improvisadas debajo de un palo e’ mango, en la plaza Alfonso López, el Festival Vallenato pasó ser el motor de toda una industria dentro de la cultura propia del caribe colombiano.

En la actualidad son cuatro días de concursos, versos, canciones inéditas, de manera organizada y en grandes escenarios. El público es consciente de todo, por eso se prepara con sillas, sombrillas y, en su mayoría de ocasiones, publicidad para apoyar a sus competidores.

Los acordeoneros, compositores, verseadores y músicos son tan importantes que nunca pasan desapercibidos para los asistentes a concursos, incluso, son más importantes cual Silvestre Dangond.

Y ni hablar de las noches de espectáculos en el Parque de la Leyenda, donde, además, se coronan los reyes. Figuras de nivel nacional e internacional han pasado por la tarima Colacho Mendoza, acompañados por las brisas frías propias del encuentro con el viento y las aguas del río Guatapurí, cantando sus éxitos al unísono con un público apetitoso de alegría.

El Festival ya es internacional, lo dijo Carlos Vives en una inspiración suya, pero también, es el más grande porque reúne a los más grandes exponentes del vallenato.