Por: Karelis Rodríguez González


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La era de la maternidad «estándar»

25 marzo, 2025

Desde la perspectiva de su propia maternidad, la autora habla sobre los estándares que han creado para la misma.

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Los estándares de la maternidad están altos de la puerta de mi casa hacia afuera, vengo lidiando con ella hace 19 meses y ¡vaya que es un toro de los más difíciles de capotear!, y traigo a colación a este robusto animal, teniendo en cuenta que, la palabra “lidiar” también destaca en sus significados que este verbo trata de la acción de burlar al toro esquivando sus acometidas.

Me he encontrado muchas veces frustrándome cuando esa lidia pasa a traducirse en “tratar a personas que ejercitan la paciencia”, y la maternidad necesita mucho de esta… realmente necesita mucho de todo, para qué les voy a mentir, a las mamás nos sobre pasan nuestras reglas, sobre todo porque son geniales cuando salen como esperamos, pero cuando algo altera el resultado esperado abrimos la puerta a algo que realmente no se asoma, pero que nos afanamos en llamar: el fracaso.

En estos días me sentía lidiando con un monstruo de no sé cuántas cabezas. Algo que en la vida adulta es común y resuelves breve, se hace muy grande cuando se trata de un hijo, mamá si se enferma le hace el quite, pero nos aqueja más cuando el malestar está incubado en ese pequeño ser al que dimos vida, prosigo con el cuento… bebé enfermó y la rutina no siguió, algo que me daba vueltas en la cabeza era la idea de que pudiera perder peso, y no por un tema de que “entre más gordita más sana”, tampoco al contrario, no se vayan al extremo, simplemente creo que tenía en mi mente que un indicador de mi cuidado hacia ella era eso que saludablemente (en mis posibilidades) bebé había ganado por peso.

Me cargué, por supuesto oré, porque aún cuando el especialista dice “no hay signos de alarma”, mamá piensa “¿y si al salir es que suena esa alarma?”, en fin… pensé mucho en que no quería que perdiera el apetito, en todo lo que he tratado de construir con ella: rutinas, hábitos, como quieran llamarlo; no estará mal, pero salirse de la “línea” tampoco lo estará.

En medio de todo eso, llegó a mí una prédica, una palabra desde Dios, donde se nos preguntaba a las mamás si estábamos pensando más en darle hijos a la sociedad o si, por el contrario, nos imaginábamos a nuestros hijos entendiendo que lo más importante es agradar a Dios, inmediatamente pensé que al fin y al cabo el que está en los cielos si conoce a mi hija y, que en toda esta aventura de ser mamá, Él es quien ha estado con nosotras (eso incluye estar a través de familia, amigos, etc.)

Pero hay realidades, y una de ellas que veo es que las redes sociales están llenas de subjetividad que nosotras las mamás hemos tomado como perfección, y si, se tratará siempre de tomar lo bueno de cada cosa, consejo, tip, experiencia; pero me ha pasado que he hecho ley algunas cosas que sencillamente pueden o no ser porque mi hija tiene un diseño único, como el de cada persona en este mundo.

El “estándar” está en la hora de sueño, ¿realmente importa?, es necesario un orden ¡CLARO! porque mamá es gente, se cansa, pero a qué costo un horario al dormir sin paz, armonía y tranquilidad de puertas para adentro… ahora no crean que no me altero en la sala o en la habitación de mi casa, pero precisamente ahí es donde analizo que mi paciencia siempre va a terminar cuando no suceda como quiero, aun diciendo aquí que “mi hija tiene un diseño único”.

Hoy simplemente pienso que veo un montón de contenido en perfiles donde una experiencia particular de maternidad se convierte en un blanco de críticas, donde las mismas mamás hablan de leyes y reglas infalibles, por ejemplo, para dejar de dar teta, critican a la que no lo haya hecho aún, pero también critican a la que dejó de dar pecho “muy temprano”; mientras tanto fuera de la pantalla, la sociedad misma te juzga porque no te han visto nunca un brócoli en la mano y quieres enseñarle a tu hijo a comerlo, y entonces ¿dónde quedó eso de qué uno quiere lo mejor para los hijos?.

Creo que si sigo esto se sale de control, y si nos vamos a donde comenzamos, tener un estándar significa que hay una forma específica acerca de cómo debe desarrollarse una tarea o función determinada, esta forma a su vez deberá “estar basada en acuerdos entre una o más entidades o un determinado grupo de personas”, y como no vamos a estar de acuerdo (JAJAJAJAAJAJA) no busquen estandarizar la calidad de la maternidad.