Por: Carlos Mario Jiménez


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El vallenato sin coleccionistas: ‘Chino CD’ dice adiós a la música

12 junio, 2019

Domingo Santero, popularmente conocido como ‘Chino CD, le confirmó a PRIMERA LÍNEA el cierre de su negocio ubicado en la Terminal de Transporte de Valledupar. Por cerca de 25 años recorrió Colombia grabando a los artistas y luego vendiendo su música.

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Domingo Santero, ‘Chino CD’, cerrará su negocio en la Terminal de Transporte de Valledupar por las malas ventas de la música vallenata en vivo.


Última actualización junio 12, 2019 a las 05:40 pm

Millones de horas de grabación quedarán en los anaqueles de un cuarto ubicado en la vivienda de Domingo Santero Molina, conocido popularmente como ‘Chino CD’, quien decidió no seguir con su negocio de vender música vallenata en vivo.

Las más grandes y recordadas casetas, entre artistas grandes y chicos, fueron filmadas durante 25 años por Santero, un hombre descendiente de la etnia indígena Yukpa y que ahora se dedicará a trabajar como productor audiovisual en una EPS en el Cesar.

“Ya el negocio no está dando ni para pagar el arriendo del local, así que prefiero entregarlo y dedicarme a trabajar de manera independiente como lo he venido haciendo hace más de 25 años”, le dijo ‘El Chino CD’ a PRIMERA LÍNEA.

Actualmente Santero paga $400.000 mensuales, pero no alcanza a tener ventas superiores a los $30.000 diarios, a pesar de ofrecer música de catálogo, chicles, bombones, galletas, accesorios, entre otros productos.

“Yo creo que Dios le manda a uno el mensaje y si la vida me dio la oportunidad de crecer, voy a poner en práctica mis estudios. Eso sí, quien esté interesado en adquirir la música yo con mucho gusto la voy a tener en mi casa y para venderla”, recalcó Santero.

Su historia

Este hombre de 52 años de edad quedó sin padre cuando tenía nueve meses de nacido, así que su mamá, Ana Vicencia Molina, lo guió por el mundo y lo llevó a casa de Eladia Santiago en Becerril, para que allí hiciera mandados y se ganara el sustento diario.

Después de 1981, Santero aceptó la invitación de su hermano Oswaldo para venir a Valledupar. Dos años después y ya establecido en la capital del Cesar, Domingo Santero montó un negocio de sanduches y venderlos por las calles. Sin embargo, encontró su nicho en los espectáculos públicos, en las famosas casetas.

Así fue como comenzó su trasegar con Los Diablitos de Miguel Morales y Omar Geles, Jorge Oñate, Diomedes Díaz, Rafael Orozco e Israel Romero.

¿Cómo se convirtió en grabador?

Una tarde cualquiera, Domingo Santero pensó que salir de los sanduches y ser grabador como ‘Toño Casete’ le daría mejores dividendos, así que fue por una grabadora donde Álvaro Del Toro, otro coleccionista, y comenzó a grabar las casetas. Al tener el material se lo llevaba para que lo reprodujeran en casetes y después comercializarlo en sitios estratégicos.

El costo de cada casete era entre $100 y $300, mientras los sanduches solo llegaban a $30. Así fue como los alimentos quedaron a un lado y llegó la música en 1990, cuando tomó la decisión de ser vendedor ambulante de casetes, especialmente en la Terminal de Transportes de Valledupar.

Hasta 1994 permaneció como informal y fue gracias a Humberto García, un gerente del terminal terrestre, que en 1994 lo invitó a establecer un negocio al interior de la edificación para tener un sustento propio.

“Desde que murió Diomedes en el 2013 las ventas comenzaron a bajar. Nadie quiere comprar discos, vendo uno cada ocho días y así es muy difícil”.

En 2001 comenzó a coleccionar y guardar conciertos que filmaba Libar Maestre, que después los quemaba para ponerlos a la venta en VHS, casetes y CD.

Desde 2005 quiso poner en la televisión Musicales El Chino, que actualmente es transmitido los fines de semana por el Canal 12 de Valledupar. Ya es técnico en Producción y Locución de la corporación Uparsistem.

Una de las anécdotas más grandes que guarda Santero es que el cantante Silvestre Dangond era vendedor de sopa en la Terminal de Transporte, se escapaba en los ratos libres y lo abordaba en su negocio: “Chino necesito un casete de Diomedes y Juancho, así que yo te regalo una empanada”.

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