5 noviembre, 2023
La campaña partió con una inscripción sobria, a nivel comunicativo respaldada con 50.000 periódicos distribuidos en Valledupar.
“Sabroso ganar así, sin tener que estar preocupado por el reconteo”. Esa frase se la escuché a Ernesto Orozco tres días después de ganar las elecciones a la Alcaldía de Valledupar, para el periodo 2024-2027.
Orozco no ganó por ser el perdedor hace cuatro años atrás con Mello Castro, lo hizo porque representa el vacío administrativo, personifica al líder y aviva la esperanza de un pueblo falto de gerente, porque eso es un alcalde, un gerente del Municipio.
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Fueron cuatro meses a su lado, liderando un equipo de comunicaciones muy parecido a la visión de Ernesto; juventud y experiencia, eso para resumir el gran grupo que nos acompañó en la implementación de la estrategia comunicativa basada en valores compartidos como recordación, esperanza y experiencia. Además, todo un componente de interacción a nivel SEO para los habitantes de Valledupar y resaltar la propuesta de valor basada en un discurso de propuestas, más no en polarización.
La campaña partió con una inscripción sobria, a nivel comunicativo respaldada con 50.000 periódicos distribuidos en las seis comunas de la ciudad. Ahí salió ese primer impulso denominado: El Alcalde de Todos.
De ahí en adelante las reuniones fueron casi que iguales. A pesar de que Valledupar y casi toda Colombia está apática a la política, Orozco, como lo llamaban en barrios, caminaba sobre una ruta marcada en un gobierno sin dinamismo, sin identidad comunicativa y, mucho menos, sin líderes, como es la de Mello Castro González. Pero ese alcalde merece un capítulo aparte.
Así fueron apareciendo adeptos y decantándose pilares como las frases célebres del “te entrego mi corazón”, “aquí pueden estar todos menos ese señor (Mello Castro)” y muchas más que me quedo corto en este párrafo.
Destaco también el paso al consolidar una campaña blanco de ataques por parte de otras campañas, especialmente de las ubicadas en segunda y tercera posición en el proceso eleccionario. No escatimaron ni midieron improperios, señalamientos y hasta se les dio por gastar dinero en la denominada inteligencia artificial, recurso mal utilizado, en esta ocasión, en Valledupar. Fue la campaña más sucia y destructiva de los últimos 20 años, a nivel político. Lo más reprochable fue vincular a un niño, como el hijo de Ernesto Orozco, en una ‘pelea’ que ni él mismo podría masificar de manera fácil.
Patillal tiene un encanto adornado por melodías en rubras autorales de grandes como Molina, Escalona, ‘El Mono’ Daza u otros. Pero aquel 17 de septiembre el ambiente pasó del vallenato a la política. Recuerdo como si fuese ayer, cuando nos llevó el concejal Wilber Hinojosa a una reunión, bajo árboles de níspero, mango y otros frutales con un patio amplio en terreno. Encuentro en su mayoría lleno de adultos mayores, quienes con un aquinao (bebida natural producto de la unión de sustancias o famoso churro) esperaban a un Ernesto Orozco proveniente de La Vega Arriba. Llegamos sin contratiempo.
Mientras Ernesto caminaba, saludaba, estrechaba un abrazo y escuchaba los sectores más vulnerables, el resto de candidatos se dedicó a ultrajarlo, intentar menoscabarlo, aunque nunca lo lograron, incluso, hicieron que el pueblo fuera su máxime escudero.
Luego aparecieron factores ilustrativos como la Uepa Ya, de Yim Campo, que nos alentaba al público con su sabor en clarinete, bombo, platillos y redoblante; testimonios de la ciudadanía ratificando que lo querían como alcalde, correrías por corregimientos, entre otros factores fundamentales para contribuir al crecimiento y divulgación del proceso de enlace entre la comunidad y medios de comunicación, para al final tener al Alcalde de Todos, ese mismo que ahora tiene el gran reto de hilar puntada por puntada los vacíos del municipio, conformar un equipo de trabajo con sus condiciones atléticas para laborar, que permita devolverle la organización que tanto necesita la capital del Cesar.
Adelante Alcalde, tiene la oportunidad, a gran magnitud, de hacer lo que más sabe y le gusta, administrar; no dudo de su sapiencia y liderazgo para, ahora sí, entre todos, arreglar a Valledupar.
PD: En honor a JJ Daza, quien falleció al día siguiente del triunfo de Ernesto Orozco, este reconocimiento por entregarse a diario en el programa Ernesto Te Escucha, trasmitido por Cacica Stereo y Radio Guatapurí. Duele mucho no tenerlo cerca, celebrar, abrazarnos y gritar “por panga, por doble panga, Profesor”. Dios te tenga en la Gloria.