18 junio, 2023
El vallenato es un género muy distinto al urbano. Si quieren compararse con los reguetones están equivocados porque nuestra industria es primero y mejor.
“La plata y la fama crean desórdenes de personalidad”, maravillosa frase del periodista Aquiles Hernández. La escuché un día por el locutor Javier Fernández y me llamó tanto la atención que nunca más la olvidé.
Llamé a Aquiles para preguntarle porque asemeja su pensamiento a la música, especialmente, aunque cabe fácilmente en la educación, la medicina, el periodismo. En cualquier oficio y persona.
Esto pasa por mi mente desde hace unos días cuando veo a los líderes del grupo llamado La Banda del 5 defendiéndose como la noche del 28 de octubre de 1972 que Alfonso ‘Peppermint’ Frazer no le vio una al colombiano Antonio Cervantes ‘Kid Pambelé’, que a la postre le dio el título mundial de boxeo en la categoría welter juniors.
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Pero no solo La Banda del 5 ha pasado por aquí. Ellos lo sienten mucho más porque en la guerra de las narrativas se incluye eso que muchas veces los mismos artistas utilizan para promocionarse: “un modelo de negocio basado un poco en la explotación de las emociones y los sesgos que caracterizan a las personas”, tal como lo dijo Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Gabo.
Y digo mala planificación porque siendo una agrupación de las más seguidas en los últimos meses gracias a sus éxitos ‘Una locura’ y ‘La rompe corazones’, no había ninguna necesidad de exponerse con un nuevo lanzamiento. Lo primero fue que anunciaron la presentación oficial para el 16 de junio y terminaron colgando el vídeo oficial en Youtube el lunes festivo 11 de junio. Craso error. Si preparas a la audiencia para algo no defraudes su confianza. Ya el cerebro hizo una expectativa y está automatizado para tal fin. No rompas su emoción.
‘Bandolera’ es una célula hija de lo hecho antes. Canciones de su álbum ‘Se va formando’ le daban para trabajar unos meses más y preparar algo rompe listados, si por las vistas, reproducciones, emisoras y clic, querían irse.
Luego de que ‘Bandolera’ estuviera disponible llegaron ‘misiles’ de todo calibre. Hasta irrespeto que no lo comparto. Wilfran Castillo, el compositor, salió en defensa de los muchachos, pero tampoco les bastó para respirar. También llevó del bulto.
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El problema en estos casos, digo siempre, es no tomar posición y arriesgarse con los ojos cerrados. ¿Eso es vallenato? ¿Es reguetón? ¿Una fusión? Son preguntas generalizadas y allí el vocalista Junior Saavedra contestó muy bien –es La Banda del 5-. Era lo correcto, más no lo ideal porque su carrera está ligada y asentada en el género vallenato, por ende, se venden, facturan y llegaron al reconocimiento en esta industria. De lo contrario les tocará salirse del vallenato y bautizarse como ‘tutti fruti pos vallenato’.
He visto muchas veces estos casos de errores y dolorosos. Le pasó a Iván Villazón con ‘El Desafío’, a Luifer Cuello cuando hizo ‘La nueva ola con más fuerza’; el caso de Felipe Peláez cuando dijo grabará él y solo él sus canciones; y el más reciente ejemplo es Silvestre Dangond, quien se estremeció cuando el público le rechazó ‘Gente Valiente’ y lo puso a pensar más de una vez. Ejemplos por mencionar porque hay más.
Los artistas y agrupaciones están en la obligación de entender algo sencillo, pero contundente diría Carlos Alberto ‘El Boti’ Redondo, la música finalmente termina grabándose para el gusto del público y no de ellos. Eso sí, primero toca sentir lo que se hace. Yader Romero lo entendió con ‘Pa’ la calle’, Kanner y Keyner con ‘Ya no somos nada’ y hasta Alex Manga con regrabar sus éxitos.
‘Bandolera’ es un “hit” en redes, podría decirse que sí. Más de 160.000 reproducciones en Youtube -Shakira tiene más de 138.000 millones con ‘Acróstico’ y mucho público ni se sabe la letra-, hablan de 2.000 vídeos en Tiktok y demás. Pero esto no es la fama ni el éxito. El verdadero apego está en las calles, en los picós, en los barrios que sin marketing escuchaban ‘Una locura’ y quizás nunca se acercaron a saludarlos.
Nada de lanzamiento cada tres meses. Diomedes Díaz presentaba un álbum y a la semana estaba cantando “una nueva, de las mías, de las tantas que he hecho para ustedes”, entonces ese cuento chimbo de la industria foránea es paja. Es boñiga.
Al final y si en análisis quiere decirse, el público siempre pedirá música y la industria le tire basura, el seguidor está ávido de letras, de melodías, porque en la sociedad del espectáculo no hay límites, mucho menos cuando de vallenato se habla.
PD: Les dejo para que escuchen ‘Bandolera’ y saquen sus propias conclusiones.