Por: Carlos Mario Jiménez


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El día que conocí el interior de los López: Miguel habla con el acordeón

12 septiembre, 2023

La casa de la familia López está ubicada en La Paz, hoy es habitada por Tenis, hija del maestro Pablo Rafael López y Agustina Gutiérrez.

Miguel López familia (1)
El primer concurso que un López ganó la competencia de acordeoneros en Valledupar, en 1972, el festival tuvo que cambiar las reglas y admitir que cantara alguien diferente del acordeonero.


Última actualización septiembre 12, 2023 a las 07:21 am

Al escudriñar en su historia familiar comprobé que el homenaje ofrecido por la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata es un gran acierto, aunque se estaba tardando un poco, como me lo confesó Pablo Agustín López Gutiérrez en una amena charla en Valledupar.

Son dinastía, los López, familia musical que por generaciones han forjado una historia relevante en el folclor, dejando un baúl lleno de éxitos musicales, anécdotas y simpatía.  Son unos 15 kilómetros de distancia para llegar a su residencia ubicada en La Paz, municipio vecino de Valledupar. Allí, se respira tradición y profundo respeto por todos los miembros de la dinastía homenajeada este año en el Festival Vallenato.

Desde 1969 cuando los Hermanos López grabaron el primer long play -Lo último en vallenatos- con la voz de Jorge Oñate, ese legado musical sigue vigente. Aunque los dueños de la dinastía son Juan Bautista ‘Juancito’ López, luego sus hijos Pablo Rafael y Juan Bautista.

En el destino la suerte estaba del lado de esta dinastía, su casa está situada en la ‘Calle de la Alegría’, así denominan los pacíficos al sector que no pertenece a la tristeza, es amigo incondicional de la alegría y el jolgorio, en medio de un mundo de fantasías entrelazado en canciones, melodías y versos.

Como seres cargados de talento que irrumpieron en la música, los López, también cambiaron las reglas del Festival Vallenato al incluir un guacharaquero – cantante, en 1972, para que remplazara en la voz al acordeonero. Y es que Miguel López, es un digitador ‘mudo’, no canta, pero con su acordeón puede hablar mejor que otros, sin embargo, en ese año ganó acompañado de Jorge Oñate.

Y, también, impusieron la tradición de hacer los solos de cada uno de los instrumentos principales durante la interpretación del aire de la puya en las competencias.

En 1935 la vivienda de la familia López fue fundada, cuando todavía el Departamento del Cesar pertenecía al Magdalena. Casitas de bahareque, ranchos de palma, y muy poco cemento era lo visto en La Paz cuando ellos llegaron a la localidad.

Son 80 años de historia en la casa que “encumbra una dinastía que simboliza el legado de un folclor y, raigambre cultura de un pueblo”, tal como lo dice una placa que está a las afueras de la Casa Museo, Hermanos López.

Y al ingresar a ella pude comprobar que la idiosincrasia que los caracteriza es natural. Por lo general los López están sonriendo, se divierten con sus vivencias o las de sus familiares, y mantienen un don -por lo menos Pablo López-, que es guardar el más mínimo detalle ocurrido en sus giras musicales, encuentros con políticos destacados y los miles de recorridos en las parrandas.

Una familia llena de generaciones, ya son más de 50 personas entre nietos y bisnietos, esto sin contar a Pablo, Miguel, Rosaura, Juan Alfonso, Rodrigo, Tenis, Elberto, Isabel Cristina, Silene, Dilia y Oswaldo, hijos de Pablo Rafael López con Agustina Gutiérrez Zequeira.

Por su trayectoria, aporte al folclor y credibilidad en el mismo, por primera vez, el Festival Vallenato, que se celebra del 28 de abril al 2 de mayo en Valledupar, eligió como centro de sus homenajes a una de dinastía, y fue precisamente la familia López, cuyas figuras visibles en la actualidad son Miguel, Álvaro y Navín López (reyes vallenatos en 1972, 1992 y 2002, respectivamente) y el cajero Pablo López, fundador del conjunto musical que dejó estrellas como Jorge Oñate y dio oportunidad a Diomedes Díaz.

Son cuna de reyes resguardados en un silencio absoluto que los embarga a la hora de cantar. El peso de su nota viene de ancestros que le dieron un estilo al vallenato dinámico a través de notas, compositores y cantantes.

Los López iban a ser homenajeados el año pasado, pero le cedieron el galardón a Diomedes Díaz Maestre. Pero este año, como generadores de innovación que los caracteriza, el Festival Vallenato salió de Valledupar y se radicó, con las eliminatorias de la categoría Aficionado, en su pueblo natal, ese mismo que los vio crecer y que por estos días es epicentro de aplausos para propios y visitantes.