Por: Karelis Rodríguez González


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Del escándalo al emprendimiento: ¿figuras públicas reinventándose?

9 octubre, 2025

Te mencionamos algunas polémicas que han servido a sus protagonistas como plataforma para posicionar sus productos.

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Última actualización octubre 9, 2025 a las 01:06 pm

En la Costa Caribe colombiana, donde la opinión pública se mueve a la velocidad de la luz y las redes sociales hacen parte de la nueva plaza del pueblo (como en todo el país), algunas figuras han aprendido a transformar la controversia en plataforma de crecimiento. Lo que inicia como una tormenta mediática, termina muchas veces en un impulso para fortalecer su marca personal, lanzar productos o ganar visibilidad entre sus seguidores.

Un ejemplo reciente es el de Lily Díaz, reconocida en el ámbito local por su presencia en redes y su cercanía con figuras de la farándula vallenata, por ser hija de Diomedes Díaz y Betsy Liliana González. Tras verse involucrada en una polémica mediática con su exesposo Evelio Escorcia y su excuñada Dayana Jaimes, lejos de esconderse, Lily aprovechó el momento de exposición para promocionar los productos de Celión, una marca de bienestar y nutrición con la que trabaja. En sus publicaciones, ha combinado mensajes de defensa personal con contenido de estilo de vida saludable, lo que ha incrementado su alcance y posicionamiento comercial. Para algunos, su caso resume una nueva forma de gestionar la imagen pública: asumir la controversia con naturalidad, reconvertir la atención y transformarla en oportunidad.

La misma lógica ha guiado a otras figuras del Caribe. La influencer Katherine Noriega, de Cartagena, fue tendencia tras pedir apoyo a marcas para su boda, una idea que generó debate en redes entre quienes lo veían como un exceso y quienes lo interpretaron como una jugada inteligente de mercadeo digital. Lejos de perder reputación, Noriega obtuvo varias colaboraciones con empresas locales, convirtiendo la polémica en una vitrina para alianzas comerciales y nuevos seguidores.

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OTROS CASOS EN DISTINTAS REGIONES DEL PAÍS

Algo similar ocurrió con Dominic Wolf, creador de contenido alemán radicado en Colombia, quien, luego de ser vetado por la Federación Colombiana de Fútbol para usar la camiseta oficial en sus videos, lanzó su propia línea de camisetas inspiradas en el país. Convirtiendo una restricción en una oportunidad de negocio, el influencer logró capitalizar el interés de su comunidad y posicionarse como emprendedor independiente.

Daneidy Barrera, conocida como Epa Colombia, ha sido protagonista de múltiples controversias, incluido un proceso penal por vandalismo en 2019. A pesar de eso, ha logrado consolidar una marca en el sector de belleza (queratinas, peluquerías, productos capilares), la cual continúa operando y expandiéndose. Su historia ejemplifica cómo una figura muy criticada puede mantenerse vigente y fluir como emprendedora, capitalizando su visibilidad para generar ingresos.

Estos casos, aunque distintos en tono y alcance, revelan una tendencia: en tiempos de hiperconectividad, el escándalo ya no implica necesariamente el declive de una figura pública, sino que puede ser el punto de partida para su reinvención. La clave está en cómo se maneja la narrativa: mostrarse auténtico, conectar emocionalmente con la audiencia y, sobre todo, ofrecer un producto o propósito que trascienda la polémica.

En la región Caribe, donde la creatividad, el carisma y la resiliencia forman parte del ADN cultural, estas estrategias no solo se perciben como defensa ante la crítica, sino como ejercicios de adaptación. Convertir la exposición en emprendimiento parece ser la nueva fórmula de supervivencia mediática. Y en un entorno donde el escándalo es efímero, quienes logran transformarlo en marca son, finalmente, los que perduran.