11 noviembre, 2024
La decepción de los fanáticos y la crítica ha generado un intenso debate cultural, con la participación del presidente y otras figuras.
Última actualización noviembre 14, 2024 a las 08:43 am
La reciente canción “+57”, que reúne a las principales figuras del reguetón colombiano, ha desatado un mar de críticas entre fanáticos, críticos y hasta figuras de la política nacional. El tema, que prometía ser un homenaje a Colombia y al género musical, ha sido tildado de monótono, repetitivo y carente de creatividad, lo cual ha decepcionado a miles de seguidores que esperaban un enfoque innovador. La controversia alcanzó tal magnitud que el presidente Gustavo Petro, desde su cuenta de X (antes Twitter), compartió su opinión y alentó a abrir el debate sobre el impacto cultural del reguetón en la juventud colombiana.
En un primer mensaje, el presidente compartió un video de Residente, conocido por su crítica hacia la superficialidad en el reguetón comercial, y comentó: “Residente se mete bien en el debate cultural abierto en Colombia. ¿La cultura juvenil de Colombia apuesta a la narcoanticultura o al arte liberador?”. Con esta reflexión, Petro no solo cuestionó el contenido de “+57”, sino que lanzó una discusión más amplia sobre la influencia de la música en las nuevas generaciones, y si esta impulsa valores positivos o solo refuerza estereotipos asociados al narcotráfico.
Pero el presidente Petro no se detuvo allí. En un segundo mensaje, compartió un enlace a una colaboración entre la reguetonera Karol G y el tenor Andrea Bocelli, que cuenta con más de 40 millones de visualizaciones en YouTube. “En cada género artístico hay arte, pero también ignorancia. El arte perdura, la ignorancia dura un segundo. El arte implica estudio y mucha sensibilidad, muchísima sensibilidad; la ignorancia solo codicia”, señaló el presidente, contrastando la búsqueda artística de Karol G en su dueto con Bocelli con la falta de profundidad que percibe en otras producciones del reguetón colombiano.
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Petro fue más allá al expresar su crítica hacia los medios de comunicación, a quienes acusó de resaltar solo “la codicia y la ignorancia”, en lugar de visibilizar el arte que nace en el país. Para el presidente, “la cultura es un campo de combate y el arte es para el pueblo”, insistiendo en que el arte debe estar al servicio de la sociedad, en vez de contribuir a visiones superficiales.
La polémica también atrajo la atención de otros políticos. Catherine Juvinao, representante de Alianza Verde, fue enfática en su decepción por la canción “+57”, instando a los artistas a aprovechar mejor sus plataformas. “Si van a hacer una canción que se llame +57, al menos hagan un esfuerzo de creatividad por el país, hombre. ¿Pero salir con el pum pum monótono de hace 20 años y la misma letra vulgar trasnochada? Qué desperdicio”, expresó Juvinao en su cuenta de X, sumándose a la ola de críticas que han rodeado al estreno de este tema.
Para Juvinao, el reguetón colombiano tenía una oportunidad valiosa para resaltar la riqueza cultural de Colombia, y la canción “+57” no logró transmitir una imagen renovada del género. Sus palabras coinciden con el sentimiento de muchos fanáticos y críticos, que consideran que la canción no está a la altura de lo que se esperaba de una producción de tal envergadura.
A pesar de las críticas, el lanzamiento de “+57” ha sido exitoso en cuanto a reproducciones, acumulando casi 10 millones de vistas solo en YouTube desde su estreno. No obstante, para muchos seguidores, el éxito en números no refleja el valor artístico o cultural que debería tener un homenaje a la identidad colombiana. El debate cultural sobre la dirección del reguetón colombiano está sobre la mesa, y figuras de todos los ámbitos, desde el presidente hasta congresistas, están aportando sus opiniones.
Esta polémica no solo resalta la demanda por mayor autenticidad y calidad en la música popular, sino que también invita a un análisis profundo de cómo los medios y los artistas están moldeando la cultura juvenil en Colombia. El reguetón, un género que ha sido tanto criticado como celebrado, enfrenta ahora un nuevo desafío: responder a las expectativas de una audiencia que quiere ver en él algo más que éxitos de consumo rápido.