25 febrero, 2019
La vivienda se construye en Urumita, La Guajira, por una firma liderada por el arquitecto Jorge Arregocés. En los últimos días, la empresa de energía Electricaribe retiró un poste de luz que interfería en las obras.
A María Estela Atencio Barros se le pueden olvidar muchas cosas, menos la tierra donde nació el 10 de marzo de 1956, Urumita, un pueblo ubicado al sur del departamento de La Guajira, al norte de Colombia, que tiene calles estrechas, de bellos paisajes y habitantes con un dialecto particular.
Ella, la mujer de manos y uñas gruesas, no cabe de la felicidad con la obra social de la Fundación Silvestrista de Corazón Grande sobre su pequeña casa. Antes cocinaba y luego salía a ganarse la vida haciendo pasteles, malangada (malanga con gallina guisada), arepas de queso, almuerzos, bollos y hasta azar pollo para vender por las tardes. En charla con Primera Línea dejó notar como sus ojos se empapan con lágrimas que corren por las mejillas hasta caer sobre su humanidad, luego tomó su celular y recreó las llamadas que le ha hecho Silvestre Dangond para saludarla.
María Atencio no imaginó que Silvestre le arreglara su casa. “Bonita, como la soñaba”. Quiso que fuera ahí mismo donde convive con sus hijos, nietos y hasta hermanos. En el barrio Villa Amparo. El inmueble, que entró en fase de remodelación hace unos meses, permanece repleto de afiches de Silvestre: tiene camisetas, pendones, una bandera de Colombia y hasta un banderín rojo que la identifica con el ‘silvestrismo’.
Su cocina estaba llena de ollas tirnadas por la candela de los fogones improvisados con llantas de camiones que yacían sobre un pedazo de tierra. La cocina estaba atravesada por un poste que sostenía cables con luz y el techo de zinc apaciguaba los rayos de sol junto a varios árboles de nin. Ese poste obligó a tener retrasos en el desarrollo del proyecto, liderado por el arquitecto Jorge Arregocés. El equipo de Silvestre, encabezado por el mánager Carlos Bloom, contactó a la empresa prestadora del servicio de energía en La Guajira, Electricaribe, y consiguió que el poste fuera removido para seguir con las adecuaciones a la casa ubicada en la calle 14 A con carrera 17-5.
En los próximos días la remodelación quedará lista y María Atencio gozará de nuevos espacios, como dos salas, dos baños, dos cocinas, terraza, tres habitaciones, acabados y cielo raso, entre otros.
María Atencio, mujer de 62 años, es madre de cuatro hijos: Álvaro David, Jenis Mauricia, Elba Cruz y Kedier.
Cuando Silvestre fue a Urumita a grabar el vídeo de la canción ‘Si yo supiera’, María Atencio estaba esperándolo, lo estaba cazando como dicen en el pueblo. Supo que el cantante subiría al cerro del Viejo Moli muy temprano y entonces se despertó a las 3:00 de la mañana, alistó a sus nietos antes de ir al colegio y fue cuando recibió el mensaje alentador.
No le importó caminar varios kilómetros, perder plata por no hacer unos almuerzos, subir la montaña caminando solo con un bastón de palo y una botella con agua.
Ella, con sus chancletas de plástico tres puntá y una bata color negro, llegó hasta la cima del cerro y encontró a su ídolo. A Silvestre Dangond, el artista que la terminó haciendo famosa. Con sus pies casi llorando caminó varios kilómetros y así vio a Silvestre, a quien no había tenido la oportunidad de conocerlo, aunque bailaba y cantaba todas sus canciones.
Sobre la montaña sorprendió al intérprete de ‘Cásate conmigo’ y le entregó un mensaje que hoy le da la vuelta al mundo. Dice que está en todos los celulares y las redes, en los televisores de las cantinas de su pueblo y hasta ya habló en directo para Despierta América, uno de los programas más vistos en la televisión norteamericana.
Es cristiana de pura cepa. Cree fielmente y aunque actualmente guarda luto por el fallecimiento hace nueve meses de su esposo Lucas Miguel Romero, espera el momento para bailar ‘Sigo siendo el papá’, canción incluida en la más reciente producción de Silvestre, ‘Esto es Vida’.
No pensó y tampoco planeó estar en el vídeo final. Ella lo llama una verdadera sorpresa. El sueño lo perdió. De día y de noche. Salir en periódicos, la televisión, escuchar su nombre en la radio la mantiene emocionada. Se toma una olla de café para celebrar todas las noches.