27 mayo, 2019
Su primera participación en el Festival Vallenato fue en 1971, acompañado por los hermanos Enrique y Jesús Barrera, en la caja y guacharaca, pero los eliminaron por ausencia debido a que sus compañeros se quedaron parrandeando. Hoy es uno de los beneficiados del programa de Beneficios Económicos Periódicos, BEPS.
Última actualización mayo 27, 2019 a las 01:48 pm
Luchas inalcanzables, jornadas agotadoras con su acordeón al pecho o vendiendo rifas por las calles, narrando cuentos para ganarse la vida como todo un parrandero y al final, esa recompensa que siempre esperó porque la trabajó con talento y perseverancia.
Antolín Arias, un hombre de acento provinciano, dedicado al arte de la música, que morirá con el sueño de ser rey de la categoría Profesional del Festival Vallenato, recibió una pensión vitalicia gracias a los Beneficios Económicos Periódicos (BEPS), un programa de ahorro voluntario diseñado para proteger a las personas a quienes sus recursos no les alcanza para cotizar a pensión.
Arias, así como Julio García, fue cobijado como parte del componente terceros aportantes de la estrategia de responsabilidad social de BEPS naranja de Colpensiones y en compañía de la ministra de Trabajo, Alicia Arango, el director Juan Manuel Villa reconoció a dos juglares del Departamento del Cesar por su aporte a la industria cultural.
Ellos se beneficiarán con un ingreso en su vejez gracias al aporte de la banca privada, BBVA Colombia. El monto será hasta el 30 % de un salario mínimo vigente de manera vitalicia.
Durante la convocatoria del año 2018 fueron asignados un total de $788 millones y se beneficiaron 31 gestores que ya están recibiendo el subsidio y acaba de finalizar el proceso de inscripción para el ciclo 2019, con 186 aspirantes a recibir el beneficio.
Actualmente, Colpensiones cuenta con 92.802 afiliados en el Departamento de Cesar, quienes en su etapa de retiro cotizando a pensión.
Antolín Arias tardó más de 30 años participantes en el Festival Vallenato. En el 2017 tomó la decisión de retirarse.
La perseverancia fue su principal arma. “El primero que se inscribe y el primero que eliminan”, así le pasaba al acordeonero, quien en una ocasión se retiró por siete años y sus amigos lo motivaron a regresar.
Nació en Los Tupes, un corregimiento del municipio de San Diego. En su primera participación llegó a las rondas eliminatorias acompañado por los hermanos Enrique y Jesús Barrera; los eliminaron porque sus compañeros eran bebedores de trago y por gozar la fiesta no llegaron a la hora indicada.
En 1971, cuando en el Festival Vallenato abrieron la categoría Adolescente, se coronó rey, tras derrotar a Rafael Salas y a Enrique Murgas, quienes ocuparon segundo y tercer lugar respectivamente.
De ahí participó en la categoría Semiprofesional, entre 1972 – 1976, llegando a una final en la que no ganó. En los profesionales alcanzó a ser finalista en 1984, siendo apabullado por Orangel ‘El Pangue’ Maestre.