Por: Jorge Rosado


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Cuarenta años de la toma del Palacio de Justicia: una herida que Colombia aún no cierra

6 noviembre, 2025

La conmemoración, sin embargo, no ha estado exenta de controversia.

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Última actualización noviembre 6, 2025 a las 06:31 am

Colombia recuerda este 6 y 7 de noviembre uno de los capítulos más dolorosos de su historia reciente: la toma y retoma del Palacio de Justicia en 1985. Cuatro décadas después, el país conmemora la tragedia con homenajes a las víctimas, mientras persisten las divisiones y los cuestionamientos sobre la responsabilidad del M-19 y de la fuerza pública en una operación que dejó 94 muertos (entre ellos once magistrados) y decenas de desaparecidos.

El 6 de noviembre de 1985, hacia el mediodía, 35 guerrilleros del M-19 irrumpieron en el Palacio de Justicia, en el centro de Bogotá, con el argumento de exigir el cumplimiento de los acuerdos de paz de 1984 y someter a juicio político al entonces presidente Belisario Betancur. Lo que siguió fue una batalla de 28 horas entre insurgentes y militares. Al amanecer del 7 de noviembre, el edificio estaba en ruinas, devorado por las llamas, y el país sumido en el horror.

Aquel día, la Sala Constitucional de la Corte Suprema debía debatir el tratado de extradición con Estados Unidos, un tema que había generado tensiones con los carteles del narcotráfico. Investigaciones posteriores apuntaron a que la toma pudo haber sido financiada por Pablo Escobar, una hipótesis respaldada por testimonios y por las amenazas previas contra el magistrado Manuel Gaona Cruz, ponente del tratado y asesinado durante el ataque.

En 2010, la Comisión de la Verdad describió lo ocurrido con palabras que aún resuenan: “El 6 y el 7 de noviembre de 1985, Colombia renunció a la palabra y dejó que las armas reemplazaran el Estado de derecho”.

Este año, los actos conmemorativos incluyen la instalación artística Sintiendo la memoria, en la Secretaría de Cultura de Bogotá, y la proyección de El Palacio cobra vida en la fachada del edificio judicial, reconstruido y rebautizado en honor al magistrado Alfonso Reyes Echandía, quien murió pidiendo un cese al fuego que nunca llegó.

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El viernes 7 se realizará el homenaje central, encabezado por el Poder Judicial, que exigirá verdad y justicia plenas. “No se ha contado la verdad histórica y se ha querido deformar lo ocurrido. La toma del Palacio no fue una acción genial, sino una acción demencial, un acto terrorista”, señaló el presidente de la Corte Constitucional, Jorge Enrique Ibáñez.

La conmemoración, sin embargo, no ha estado exenta de controversia. Las recientes declaraciones del presidente Gustavo Petro (exintegrante del M-19) reavivaron el debate sobre la versión oficial de los hechos, generando reclamos de familiares de las víctimas, como Helena Urán Bidegain, hija del magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán, quien fue visto con vida tras la retoma y apareció muerto al día siguiente.

Cuarenta años después, el eco de aquel clamor “Que cese el fuego” sigue recordándole a Colombia que la paz y la verdad aún son tareas pendientes.