20 agosto, 2025
El exalcalde, recordado por ser el mandatario más joven de Colombia, será homenajeado con una eucaristía en su honor.
Última actualización agosto 20, 2025 a las 03:35 pm
Hoy martes 20 de agosto se cumple un año del fallecimiento de Víctor Roqueme Jr., entonces alcalde de Aguachica, quien perdió la batalla contra un agresivo cáncer que apagó prematuramente su vida y su liderazgo.
Roqueme Jr., ingeniero de profesión, marcó un hito al convertirse en el alcalde más joven de Colombia. Su estilo cercano y humano lo convirtió rápidamente en un referente para los aguachiquenses, quienes vieron en él el anhelo de progreso y desarrollo para la segunda ciudad más importante del Cesar.
Su salud comenzó a deteriorarse pocos días después de participar con entusiasmo en las fiestas patronales de San Roque, un evento al que asistió con la misma alegría que lo caracterizó en vida. El desenlace fue inesperado y doloroso, dejando un vacío que aún hoy se siente en la comunidad.
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Para conmemorar su primer aniversario de fallecido, se celebrará una eucaristía a las 7:00 p.m., que reunirá a familiares, amigos, líderes políticos y a la comunidad en general. “Hoy, a un año de la partida del ingeniero Víctor Roqueme, lo recordamos con la misma alegría que él nos regaló en vida. Su legado sigue vivo en cada sonrisa, en cada gesto de unión y en cada sueño cumplido de nuestra gente”, expresó la alcaldesa de Aguachica, Greisy Roqueme, a PRIMERA LÍNEA.
Tras su muerte, el rumbo de la administración municipal lo asumió su padre, Víctor Roqueme, conocido como “El Indio”, empresario con vocación humanista que luego respaldó la candidatura de su sobrina, Greisy Roqueme, elegida en elecciones atípicas. Hoy, el veterano dirigente mantiene una activa participación en la vida pública, y su nombre empieza a sonar como posible aspirante a la Cámara de Representantes por el movimiento Equipo Azul, liderado por el congresista Ape Cuello.
Hace un año, Aguachica despidió a Víctor Roqueme Jr. con lágrimas y homenajes en la plaza principal. Hoy, la ciudad lo sigue extrañando, no solo como dirigente político, sino como un hijo querido que lideró con amor, gratitud y fe.
